Aunque parecía que la convocatoria tambaleaba, al final hubo madrugón multitudinario para ir de Domingo Verde en medio del verano mesetario.
7 alkhalachoferos/as y dos invitados, muy bien venido. Y dos perros.
Y vino rebien el exito de la convocatoria porque tocaba trabajito del bueno, del de azadón y luego manitas. Y sin sombra.
Había que limpiar de malas (sin ofender) hierbas a las cebollas y zanahorias de La Garzona.
Como no, después del trabajo se autogestionó una comida improvisada al estilo "pues yo solo he traido esto..." que siempre resulta que sobra de casi todo. Mención especial para la empanada de pisto y el queso fresco con rúcula [nota del editor].
Gracias a Carlos por las fotos y por mandarlas tan rápido.
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